Vence con el bien el mal

Cargando un cadáver (falta de perdón)



San Juan 20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

En la Biblia encontramos en el nuevo testamento, el libro de Filemón, en el primer capítulo encontramos una historia verídica y desafiante a los hijos de Dios.
Se trata de Pablo, Onésimo y Filemón, el primero un ministro y apóstol del señor Jesús, el segundo un ex ladrón y recién convertido a Cristo, y el último un siervo de Dios.

Pablo y Filemón tenían una relación de amistad antaña y Filemón sentía mucho respeto por su amigo y guía Pablo. No obstante Filemón también conocía muy bien a Onésimo, pues Onésimo había sido su criado por largo tiempo, hasta el día que este último le robo. Onésimo huyo de la hacienda de Filemón al verse descubierto y para no ir a prisión se fue lejos. Sin embargo, en su peregrinar y esconderse, Onésimo conoció en la prisión al apóstol Pablo y con ello Dios le dio la bendición de arrepentirse de haber sido un ladrosuelo y hallar la salvación en Cristo, convirtiéndose así en cristiano.

Onésimo salió de prisión, pero no tenía a quien acudir, así que el apóstol Pablo intercedió por él, y le pidió a Filemón que lo arropara, lo atendiera, lo recibiera y alimentara en su casa.

Pero, ¡qué cosa!, ¡que petición tan fuerte! Pablo le estaba pidiendo a Filemón que recibiera y atendiera las necesidades de aquel hombre que había abusado de su confianza, un hombre que le había robado, un hombre que había atentado contra el propio Filemón y su patrimonio. Que estaba pensando Pablo, ¿Cómo era posible que le pidiera esto?

Más Filemón, siendo un hombre conforme al corazón de Dios, no se negó a recibirle y aun mas a amarle en el amor de Cristo, recibiéndole como a un hermano, así  lo dice la palabra; ¿crees que haya sido sencillo para Filemón no tomar venganza o negarse a aceptarlo?, seguramente, pero el venció al mal con el bien, (No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal – Ro. 12:21) no es fácil perdonar, pero tampoco es imposible, recuerda que todo los puedes en Cristo que te fortalece (Filipenses 4:13); la mayoría de las personas toman el camino de la venganza, el rencor, la falta de perdón, el odio. Que lamentablemente no es otra cosa que llevar cargando un cadáver putrefacto sobre sus espaldas todo el tiempo, no permitas que eso suceda contigo, ora a Dios y pide la fuerza para perdonar a quien te haya herido, a tal grado que seamos capaces de devolver siempre bien, aunque hayamos recibido un mal, así como lo hizo nuestro  hermano Filemón.
Dios dice: y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Filemón 1:18


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